Su Peña Taurina de Ledesma, acompañó de nuevo a Domingo hasta Las Ventas, y en esta ocasión, de regreso, el ánimo fue bien distinto, … aunque las ilusiones siguen intactas.
El viaje
Llegaba la segunda comparecencia de Domingo López-Chaves en Madrid, en esta ocasión dentro de la Feria de San Isidro, con un cartel ilusionante para lo que a Salamanca se refiere y con un encierro “duro”. Y así fue el día, duro, duro, duro.
Su Peña, quiso volver a acompañarle y estar a su lado en esta cita tan importante para su futuro. Nuevamente se consiguió llenar un autobús repleto de socios y amigos que, como no podía ser de otra manera, fuimos con la ilusión y la esperaza de ver, por fin, triunfar a Mingo en Madrid. Para unir fuerzas, la Peña programó una jornada, a parte de taurina, de convivencia entre peñistas.
El viaje fue tranquilo y esperanzador, estuvo amenizado (visualmente hablando) por un documental del matador, realizado tras la temporada 2006, que pretendía ser el recuerdo y la antesala, de lo que está temporada tiene que ser, UNA TEMPORADA DE ÉXITO.
La comida, ya en Madrid, fue en un restaurante “típico taurino”. Después se visitó “Puerta Grande”, para eso de ir entrando en ambiente, y ya, cerca de lo hora de inicio, la mayoría de los socios nos trasladamos hasta la puerta de cuadrillas para dar ese primer ánimo al torero, que sabíamos, lo necesitaba.
Valoración de la tarde
La crónica del festejo, dejando a un lado el resultado “objetivo” del mismo, la dejaremos para los profesionales, ya que, conscientes de lo que significó la tarde de ayer para Domingo, cada uno podríamos hacer nuestra crónica, eso si, seguros, que sin distanciarnos mucho los unos de los otros en cuanto al balance final. Podríamos resumir que en el primero, no hubo toro, o si lo hubo, pero brusco, soso, andarín, … y en el segundo no hubo ni toro, ni torero. Lo que si hubo fue viento e ilusiones voladas.
Mensaje positivo
Cierto es, que ayer domingo, no fue un día para recordar, si no es con otro objetivo que el corregir, pero también es cierto, que fue un día del que nos sentimos, la Peña como grupo, orgullosos de nosotros, y de él, pues hubo cabezas bajas, si, y lamentos, también, pero también hubo resquicios de esperanza e ilusión por volver a ver a López-Chaves en el sitio que se merece. Las cosas están muy difíciles, pero no imposibles. Ya no hay que mirar atrás si no hacia delante.
El sentimiento actual que tiene la Peña, es la de que ahora más que nunca debemos seguir al lado de Domingo, apoyándole y animándole en estos momentos tan difíciles e inciertos por los que atraviesa. Tenemos que ser ese amigo que conscientes de lo que hay, no le niega la realidad, sino que la cuenta tal cual es, para ayudar a cambiarla. En ningún momento vamos a tirar la toalla y seguiremos confiando en él como el primer día. Este torero ya demostró antes, que del agujero se puede salir, y estamos seguros, que poco a poco, lo conseguirá.