Esta vez fue hasta tierras segovianas donde la Peña del torero desplazó un autocar para acompañar a Mingo en su cita frente a toros de Adolfo Martín en Villacastín.
La jornada, que también tuvo carácter cultural con la visita guiada a cargo del secretario de la peña, Santiago Martín, por la ciudad de Ávila por la mañana, estuvo marcada por la satisfacción de corroborar que Domingo está en uno de sus mejores momentos. El ledesmino está con más ilusión que nunca y eso se nota cada tarde, desprende madurez, torería y mucha clase.
Fueron cerca de cuarenta socios los que se desplazaron en el autocar, pero que se sumaron a otros muchos más que lo hicieron de forma particular, de modo que Mingo pudo sentir una vez más el cariño de los suyos.
La tarde, que terminó con salida a hombros de la terna, transcurrió con incónginta y temor hasta el cuarto toro, donde Domingo pudo desplegar su pundonor y técnica impecable, insuficiente en su primero, ya que su oponente enseguida desarrolló malicia y fue, a pesar de las ganas del ledesmino, inlidiable.
Los mejores momentos en el cuarto vinieron con la derecha, por donde Mingo pudo ligar muletazos de calidad y profundidad, mandando y templando a un Adolfo, que si bien es cierto que no fue del todo bueno, como en el caso del quinto de vuelta al ruedo y el sexto también bueno pero menos, si fue un toro que transmitió bondad y que se dejó.
Sin duda otro de los puntos clave del éxito de la tarde fue el "estoconazo" que le dió en todo lo alto, tirándose con muchísimas ganas y sabiendo que iba a caer fulminado, y así fue.
Dos orejas más al esportón del matador y mucha más alegría para sus paisanos, que oyeron los cohetes en la villa, mientras que los que se desplazaron sintieron como suya la alegría del momento que pasa su torero.
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